Como es costumbre, a partir del mes de octubre y hasta finales de marzo, los oripopos (Cathartes aura), aves migratorias pertenecientes a la familia del zamuro y el cóndor de los andes, originarios de Norte América, se desplazan hacia zonas más cálidas de continente como parte de un evento natural que los caracteriza; el Parque Bararida es uno de sus lugares de destino.
Leonel Ovalle, jefe de la división animal, explicó que se trata de una acción que desarrollan de forma espontánea las mencionadas aves; descartando que pese a su hábito carroñero, se trate de la presencia de animales muertos en el zoológico. Enfatizó que su permanencia en el parque se debe a que es una zona verde en la que no son atacados por el ser humano.
Agregó además que los oripopos no significan ningún riesgo para los visitantes, “y que en cuanto a los animales, en algunos casos, sucede que se comen el alimento de los que se encuentran en semi cautiverio”. Sin embargo indicó que al respecto se han tomado medidas pertinentes como el incremento de porciones alimenticias.
La manera de identificar a estos animales, que tienen una envergadura de 1 metro 70 centímetros, con sus alas abiertas, y diferenciarlos de los zamuros es por su cabeza de color rojo, descubierta de plumas.
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